¿Estás pensando en empezar un tratamiento pero no sabes qué tipos de ortodoncia elegir? Muchos pacientes llegan a la clínica con la misma pregunta: ¿brackets metálicos o alineadores invisibles?
La realidad es que no existe un único sistema válido para todo el mundo, sino que cada tratamiento se adapta a la edad, la necesidad y los objetivos de cada persona.
En este post encontrarás una guía clara sobre los distintos tipos de ortodoncia para adultos y niños, con sus ventajas, limitaciones y usos más frecuentes.
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¿Cuántos tipos de ortodoncia hay?
La ortodoncia es la especialidad odontológica que se ocupa de estudiar, prevenir y corregir las alteraciones en la posición de los dientes, las arcadas dentarias y los huesos maxilares.
También aborda problemas relacionados con la articulación temporomandibular (ATM), mejorando no solo la estética, sino también la función de la boca.
Según la edad del paciente y de los objetivos que se busquen, podemos hablar de distintos tipos de ortodoncia para adultos o infantil.
Veamos en detalle cómo se utilizan en cada caso y cuáles son los sistemas más habituales:
Tipos de ortodoncia para adultos
En adultos, la ortodoncia tiene un objetivo principalmente correctivo: mejorar la alineación dental y la relación entre maxilar y mandíbula.
Para lograrlo, existen distintos sistemas, tanto fijos como removibles, que se adaptan a las necesidades y prioridades de cada persona.
Ortodoncia invisible
La ortodoncia invisible utiliza férulas transparentes y removibles, hechas a medida, que se cambian cada cierto tiempo para provocar micromovimientos en los dientes hasta colocarlos en la posición correcta.
En ocasiones, el ortodoncista coloca pequeños ataches de composite en los dientes para facilitar que el alineador ejerza la fuerza necesaria en la dirección adecuada. Son prácticamente imperceptibles, ya que se mimetizan con el color natural del diente.
Para que el tratamiento sea eficaz, los alineadores deben llevarse al menos 22 horas al día. Puedes retirarlos únicamente para comer, lavarte los dientes o en algún evento puntual.
Brackets metálicos
Son el sistema más tradicional y uno de los más efectivos para corregir maloclusiones de todo tipo. Están fabricados en acero inoxidable y se adhieren a la parte externa de cada diente, unidos entre sí por un arco metálico que, mediante ajustes periódicos, desplaza progresivamente las piezas a la posición deseada.
Además, las gomas de los brackets cumplen un papel importante al ejercer la presión necesaria en la dirección adecuada.
Brackets estéticos
Funcionan igual que los metálicos, pero están fabricados en materiales que se asemejan al color del diente, como la cerámica o el zafiro.
Esto los hace más discretos a la vista, aunque también más delicados.
Aquí los elásticos de los brackets juegan un papel vital, ya que son las encargadas de ajustar cada bracket al arco metálico, forzando o tirando de cada diente en la dirección oportuna.
Ortodoncia lingual
Este sistema coloca brackets en la cara interna de los dientes, lo que los hace invisibles desde el exterior. Cada bracket se diseña de manera personalizada para adaptarse a la anatomía de cada diente.
Aunque durante años fue la técnica estética de referencia, hoy su demanda ha disminuido debido al auge de los alineadores invisibles, que resultan más cómodos y accesibles.
Tipos de ortodoncia infantil
La ortodoncia en la infancia cumple una doble función: corregir los dientes y maxilares que ya presentan alteraciones y prevenir problemas que podrían aparecer en el futuro.
Gracias a que los huesos aún están en crecimiento, los tratamientos infantiles tienen una gran capacidad de guiar el desarrollo y evitar complicaciones en la edad adulta.
En función de la edad y la situación clínica, distinguimos dos tipos principales:
Ortodoncia interceptiva
Se aplica entre los 6 y los 12 años, cuando conviven dientes de leche con piezas definitivas. El objetivo es interceptar de manera temprana alteraciones óseas o dentales, para corregirlas antes de que se agraven.
Durante esta etapa, los aparatos pueden ser fijos o removibles y ayudan a:
- Ampliar el paladar.
- Corregir la mordida cruzada.
- Guiar la erupción de los dientes permanentes.
- Reconducir hábitos perjudiciales (como la succión del pulgar o la respiración oral).
Tipos de aparatos interceptivos más habituales
- Bionator: estimula el crecimiento mandibular, aumentando la distancia entre las arcadas superior e inferior.
- Aparato de Herbst: reduce la distancia entre maxilar y mandíbula, indicado cuando los huesos ya han alcanzado mayor desarrollo.
- Anclaje extraoral: conocido como “arco facial”, frena el crecimiento del maxilar superior y se fija a los molares con un soporte en la nuca o el cuello.
- Mentonera: se coloca en la mandíbula para frenar su crecimiento excesivo.
- Máscara facial: actúa de forma contraria a la mentonera, ya que estimula el crecimiento del maxilar superior.
- Disyuntor palatino: se coloca en los molares y amplía el paladar, corrigiendo su forma y creando espacio para los dientes definitivos.
- Retenedor Hawley: aparato removible que ayuda a mantener la posición de los dientes o a realizar pequeñas correcciones.
Gracias a estos tratamientos interceptivos, muchos niños evitan problemas de apiñamiento o alteraciones en la mordida en la adolescencia, reduciendo la necesidad de tratamientos más complejos en el futuro.
Ortodoncia correctiva
Tiene lugar cuando ya han erupcionado todos los dientes definitivos, normalmente a partir de los 13 o 14 años. En esta etapa se busca corregir la alineación dental y la mordida mediante sistemas similares a los que se emplean en adultos.
Los aparatos más utilizados en ortodoncia correctiva infantil son:
- Brackets metálicos.
- Brackets estéticos.
- Alineadores invisibles.
En muchas ocasiones, el tratamiento correctivo se inicia tras una fase interceptiva previa, que ha preparado el terreno corrigiendo huesos y guiando la erupción dental.
¿Qué tipo de ortodoncia es mejor para cada caso?
En estos momentos el tratamiento más popular es el de alineadores invisibles. Pero, el mejor tipo de ortodoncia es siempre aquel que se decide después de un diagnóstico completo de tu caso concreto.
Solo con una valoración profesional en profundidad es posible conocer los problemas concretos de la mordida y diseñar la estrategia más adecuada para corregirlos.
Cada paciente presenta unas condiciones diferentes y, en función de ellas, pueden utilizarse distintas técnicas de ortodoncia de manera eficaz para alcanzar un resultado estable y satisfactorio.
Además, es fundamental que la persona sepa cuáles son las ventajas y limitaciones de cada opción y participe en la elección del sistema. De este modo, no solo se consigue un tratamiento exitoso desde el punto de vista clínico, sino también una experiencia más cómoda y motivadora durante todo el proceso.
Conclusión
Como ves, existen diferentes tipos de ortodoncia, y cada uno cumple un papel concreto según la edad, el tipo de maloclusión y las prioridades de cada persona.
En adultos, los alineadores invisibles son cada vez más demandados por su estética y comodidad. Los brackets, ya sean metálicos, estéticos o linguales, siguen siendo una alternativa eficaz y versátil, indicada en muchos tipos de maloclusiones y en pacientes que prefieren un sistema fijo.
En niños, la ortodoncia interceptiva permite guiar el crecimiento y evitar problemas mayores, mientras que la correctiva entra en juego en la adolescencia para alinear definitivamente los dientes.
Lo más importante no es el aparato en sí, sino un diagnóstico personalizado. Solo un especialista en ortodoncia puede valorar con precisión qué tratamiento es el más indicado para ti o para tu hijo, y diseñar un plan que garantice resultados estables y saludables a largo plazo.
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